Por mayo, el “Muo” de la Cruz de Arriba de mi pueblo habla. Es como si su laringe, su garganta, sus cuerdas vocales, su lengua, su boca, recibieran de los pulmones el impulso de la palabra. No me pregunten cómo. Ya por abril le rebrotan los ánimos. El, que se mueve con la agilidad de un lince, hasta los resortes de sus octogenarios años se le vuelven ágiles. Los dedos, encorvados como trenzas por las añadas de campos y trabajo, se tornan como muelles elásticos de una ligereza misteriosa.
Le conozco desde los tiempos donde la memoria es infancia. Siempre igual. Su pacto con la supervivencia le debe venir de las ocultas transparencias de una calle, de unas gentes que le aman, de una Cruz que le resucita cada primavera: esa que como sus Higuerillas Locas, es capaz de dar dos cosechas al año.
Hay que sentirlo cuando se te acerca, medio zambo, con los brazos más allá de las rodillas. Inflada la nuez, exultante: “La Cu”, “la mejó”. Luego con guturales signos de su faringe, al mismo ritmo de los brazos, te empapa con una sinfonía de gestos, propios del niño que balbucea sus primeras voces. No te deja usar tus palabras. Hay que reírse con él, satisfechos, con los mismos aspavientos que salen de su cuerpo velludo. Y se ilumina por dentro y por fuera.
Siempre he creído que “el muo” de la Cruz de Arriba no tiene nombre. Ni necesidad de preguntárselo. Ni necesidad de saberlo. Es sencillamente “el muo”. Su territorio es una calle. La prolongación del camino de “Los Soldaos”, “El Pastrá”. Pero tiene la ventaja de los dioses antiguos: un templo, una capilla, vivir con la profundidad y los sueños de los mayos en flor con su Cruz de Arriba. Allí no tiene sombras. Es la luz, sin intermitencias, de quien vive aunque sea sin palabras. Nos vio crecer a todos y a todos nos identifica por la misma raíz.
Parece que no se agotará nunca. Que nos sobrevivirá aunque los años te derroten. El sabe cómo, aunque parezca invisible, estar presente en el mejor recuerdo de su calle y siempre en la memoria de sus gentes cruceras.
Antonio Ramírez Almanza
Le conozco desde los tiempos donde la memoria es infancia. Siempre igual. Su pacto con la supervivencia le debe venir de las ocultas transparencias de una calle, de unas gentes que le aman, de una Cruz que le resucita cada primavera: esa que como sus Higuerillas Locas, es capaz de dar dos cosechas al año.
Hay que sentirlo cuando se te acerca, medio zambo, con los brazos más allá de las rodillas. Inflada la nuez, exultante: “La Cu”, “la mejó”. Luego con guturales signos de su faringe, al mismo ritmo de los brazos, te empapa con una sinfonía de gestos, propios del niño que balbucea sus primeras voces. No te deja usar tus palabras. Hay que reírse con él, satisfechos, con los mismos aspavientos que salen de su cuerpo velludo. Y se ilumina por dentro y por fuera.
Siempre he creído que “el muo” de la Cruz de Arriba no tiene nombre. Ni necesidad de preguntárselo. Ni necesidad de saberlo. Es sencillamente “el muo”. Su territorio es una calle. La prolongación del camino de “Los Soldaos”, “El Pastrá”. Pero tiene la ventaja de los dioses antiguos: un templo, una capilla, vivir con la profundidad y los sueños de los mayos en flor con su Cruz de Arriba. Allí no tiene sombras. Es la luz, sin intermitencias, de quien vive aunque sea sin palabras. Nos vio crecer a todos y a todos nos identifica por la misma raíz.
Parece que no se agotará nunca. Que nos sobrevivirá aunque los años te derroten. El sabe cómo, aunque parezca invisible, estar presente en el mejor recuerdo de su calle y siempre en la memoria de sus gentes cruceras.
Antonio Ramírez Almanza
Foto: Juan Ramírez
3 comentarios:
es lo mas bonito que se a escrito por alguien que se merece que le reconozcan su gran labor por la cruz de su vida
Impresionante, Antonio, como crucero de la Cruz de Arriba, cada vez que escribe sobre su cruz o su gente lo hace magistralmente.
El Mudo, es una de nuestras insignias, ojalá esté con nosotros mucho tiempo, a pesar de sus 80 y picos años....
Enhorabuena a Antonio, Viva la Cruz de Arriba, la que marca la fiesta de Rociana, Viva el mudo!!!!!
q pena q el mudo no pueda leer esto pero el sabe cuanto lo quiere su jente perolera
Publicar un comentario